El huérfano
Un niño llamado Johann Saiyacleveris de doce años de edad vivía con sus padres adoptivos en un hermoso campo, llamado El Rosario.
Su padre era arqueólogo su nombre es Goeritz y su mamase dedicaba a ser ama de casa, su nombre es Evangeline.
En los estudios le iba muy bien pero tenía que estudiar todos los días en casa y no en una escuela como los demás niños, porque su casa quedaba muy lejos de la ciudad, por eso el gobierno de la ciudad le enviaba maestras particulares como yo, el profesor Miguel Ángel Suárez.
A veces después de terminar con sus obligaciones salía de su casa para ir a jugar con sus amigos.
Como de costumbre sus padres siempre le decían que se cuidara pero esta vez mencionaron, que una mujer más o menos de treinta años de edad había escapado de un hospital de psiquiatría hacia una semana, y que si la veía llamara inmediatamente a la policía o que escapara de esa persona porque era peligrosa.
Mientras yo le revisaba los exámenes y algunas tareas de mi alumno Johann sin darme cuenta me asomé por la ventana, me pareció ver que Johann bajaba al sótano, llevaba una caja y unas sabanas después salio rápidamente. El niño tenía el rostro pálido, se veía muy asustado, por un momento creí que había visto un muerto o que el niño tenía miedo de que alguien lo viera.
Mas tarde yo ya había olvidado lo sucedido, quise bajar al sótano porque necesitaba algunas cosas para dar mi clase. Apenas me asomé a la puerta sentí un olor desagradable, de repente escuché algunos disparos, subí al dormitorio de Johann, lo vi y el niño estaba herido el la pierna derecha. Le pregunte lo sucedido. Johann me dijo que su verdadera madre era la que hace más de una semana había escapado de un hospital de psiquiatría y su nombre es Rouse Anderson, y había matado a sus padres adoptivos y luego los encerró en el sótano.
De repente sentí un olor a gasolina, pero en ese momento el niño me dijo que hubiera hecho todo lo posible por ayudar a sus padres adoptivos, pero llegó demasiado tarde, además sentía un gran aprecio hacia sus padres adoptivos y también hacia mi y que no quería que nada malo me pase porque era lo único que le quedaba aparte de su madre verdadera, era algo extraño pero después me dijo que huyera, porque esta casa se iba a incendiar, yo le dije que viniera con migo pero el me dijo que sobre todas las cosas no podía abandonar a su madre además como hijo quería ayudarla porque su madre tenia un trastorno psicológico. Me despedí de el, empecé a correr y desde muy lejos le dije que siempre lo guardaré en mi corazón como un hijo y jamás lo olvidaré, la casa empezó a estallar.
Desde aquel día pasaron como veinte años, no lo volví a ver mas, pero a veces me llegan tarjetas y regalos el día de mis cumpleaños, navidad y año nuevo, nunca dicen en el correo de quien son las tarjetas y los regalos, pero un profesor jamás olvida la mala ortografía de sus queridos alumnos.
Fin
Jhoana Almada y Michelle Ramírez
7° B
AÑO: 2010-12-01
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